La Liga Iberoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil quiere expresar su condena y profunda preocupación por el asesinato de Fernando Villavicencio en Quito (Ecuador) en el día de ayer, 9 de agosto de 2023. El asesinado era candidato a la presidencia del país, donde las elecciones se celebrarán el próximo día 20 de este mismo mes.

Villavicencio, antiguo sindicalista y candidato por el Movimiento Construye era un destacado crítico del expresidente Rafael Correa y se labró su prestigio como periodista de investigación destapando sospechas de corrupción de los integrantes de su Gobierno. Decidió lanzarse a la carrera electoral con el objetivo de no ceder en nada al correísmo y fue acusado de ser el candidato encubierto del oficialismo que representa Lasso, pese a que también había dirigido sus críticas al actual jefe del Estado.

Desde La Liga Iberoamericana queremos destacar que el asesinato es un acto de violencia abominable que atenta directamente contra los valores fundamentales de la democracia y la sociedad en su conjunto. La democracia se erige sobre principios de igualdad, justicia y respeto por los derechos humanos, los cuales son incompatibles con cualquier forma de violencia que prive a alguien de su derecho fundamental a la vida. En una sociedad democrática, el diálogo, la tolerancia y la participación ciudadana son los pilares que permiten resolver diferencias y conflictos de manera pacífica y constructiva.

El asesinato no solo afecta a la víctima, sino que también socava la confianza en las instituciones y en el sistema de justicia que son esenciales para el funcionamiento de una democracia saludable. Cuando se perpetra un asesinato, se envía el mensaje de que la solución de problemas puede lograrse a través de la fuerza en lugar del debate y la negociación. Este tipo de actos amenazan la cohesión social y debilitan los lazos que mantienen unida a una sociedad diversa y plural.

Como defensores de la democracia, es nuestra responsabilidad rechazar enérgicamente la violencia y trabajar incansablemente por la promoción de los valores democráticos. Debemos cultivar una cultura de respeto mutuo, empatía y diálogo, buscando vías para abordar nuestras diferencias y desacuerdos de manera pacífica y constructiva. Solo a través del respeto por la vida y los principios democráticos podemos construir un mundo en el que prevalezca la justicia, la igualdad y la dignidad para todos.